Conocí el Aguahara, una de las más bonitas técnicas de relajación que conozco, el verano pasado y el último invierno lo disfruté casi a diario en los brazos de mi querido neoyorquino. Danzando en aguas hindúes, con el sol golpeando mi cara perdí unas cuantas nariceras y la noción del tiempo.
Reflexiones
Viajé a la India para colaborar con el proyecto de Lucas y Maria, a las pocas semanas me aventuré a seguir mi propio camino por el sur del país.