Pranayama, el arte de respirar

Cuando acudimos a una clase de yoga y escuchamos por primera vez que vamos a practicar pranayama, tu mente parlanchina dice ¿cómo? ¿lo qué? acompañado de una mueca tipo, no he escuchado bien.

Sí, es una de esas palabras raras que nos dejan patidifusos, y las primeras veces que nos encontramos en un grupo practicando respiración yóguica, también nos sentimos así, un poco raritos…

Pranayama significa control del prana, de la energía

Respirar es nuestra primera fuente de alimento, el intercambio gaseoso que limpia y nutre a cada una de nuestras células, pero también a nuestra mente. Este acto presente en cada momento de la vida, es un puente directo a nuestros pensamientos y a la intensidad de nuestras emociones, y lo explico así porque puedo estar triste y llorar, pero si me esfuerzo por mantener tranquila mi respiración esa tristeza será menos “extrema”, aunque no por ello menos real. Las emociones y los pensamientos varían nuestra respiración pero también al contrario. Poniendo atención en la respiración podemos vivir las emociones de una manera más equilibrada.

No hay tantos pranayamas como posturas de yoga, el abanico es menos amplio y por ello el yogui puede pasar fases de aburrimiento en su práctica, pero con disciplina, empeño y el amor al yoga, todo se supera y se alcanzan estadios de verdadera comodidad y calma mental.

Así que no menosprecies el poder del pranayama y cuando sea el momento de practicar, lánzale una sonrisa interior a tu mente boicoteadora (si aparece) y pon todo tu amor y entrega.

Los pranayamas tienen nombres extraños, en sánscrito. Aquí te dejo un diccionario con los nombres más comunes que les solemos utilizar los profes en Occidente:

• Kapalabhati: Respiración de fuego.
• Anuloma Viloma: También se conoce como Nadi Shodana respiración alterna.
• Surya Nadi: Solar.
• Chandra Nadi: Lunar
• Brahmari: Respiración de la abeja.
• Ujjayi: Respiración victoriosa u oceánica.
• Bhastrika: Respiración de fuelle.
• Sitkari:
• Shitali: Yo le llamo la de la serpiente o refrescante.
• Murcha: Retener hasta desfallecer.

Siempre les digo a mis alumnos, entre bromas, que no tienen obligación de aprenderse los nombres, pero con el tiempo, como todo lo que se practica, se aprende.